SILENCIOSO COMO UNA SOMBRA

Negro,Caliente,Fuerte,Amargo(puya),
pero a mi a sobre todo boricua

manologo

SILENCIOSO COMO UNA SOMBRA

Terminaron de almorzar y como todos los días el abuelo quedó sentado a la mesa, bebiendo su café sin azúcar; es que había que volver al trabajo, hablar por el celular desde la habitación, hacer dormir al nieto que, pequeño, siempre le sonreía…

Miró al líquido oscuro que impedía ver el fondo; levantó los ojos y los fijó en la nada para después apurar el resto de café y despacio ir hasta el fregadero de la cocina, lavar la taza y borrar todo rastro del asesino con el que se reunía todos los días a la misma hora.

Imagen: http://www.pinterest.fr

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José Luis Gómez Toledo, diácono, D.E.P.

Diácono, diaconado, diakonía

Jose Luis Gómez Toledo, nos ha dejado el 23 de septiembre de 2019, fiesta de San Pio de Pietrelcina. Era el decano de los diáconos permanentes diocesanos de la archidiócesis metropolitana de Madrid. Casado con Merche, era padre de tres hijos y cuatro nietos. En sus 28 años de frut´fero ministerio desempeñó su servicio13312857_10154273602927904_2404114023433439788_n (2) diaconal en una gran cantidad de ámbitos pastorales, todos ellos muy ligados al tema de la caridad, como en Cáritas y especialmente en la atención a las personas más margina

das de la sociedad, llegando a trasladarse como familia misionera a Guinea Ecuatorial. Actualmente desempeñaba su ministerio en la parroquia de Santa Catalina de Alejandría.

Palabras que pronunció el diácono José Luis Gómez Toledo en sus Bodas de Plata de ordenación

«Hoy, a mis 25 años de ser ordenado diácono, doy gracias, queridos hermanos, a Dios Padre todopoderoso que, en su providencia amorosa, me llamó desde…

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¡ERES UN SARDANÁPALO!

Saludos,usted tiene la habilidad de provocar curiosidad;Gracias por despertarme
sardanapalo(del nombre de cierto rey fabulosode Asiria.;se aplica a un hombre muy dado a los placeres sobre todo a la gula,gloton,regalon,vivioso. La Paz Contigo … y con los tuyos

manologo

ERES UN SARDANÁPALO

Tendríamos seis años y me lo dijo en un recreo en el colegio, durante una de esas peleas verbales que tienen los niños antes de irse a las manos cuando el que pierde no encuentra qué decir.

Yo me quedé paralizado, sin saber qué decir ni cómo reaccionar, porque mi compañero de clase tenía fama de pegar duro y no era cosa de exponer mis anteojos a una pelea en la que acabarían rotos…

Supongo que mi silencio lo desarmó, pero se dio cuenta de que era el vencedor, entonces, cuando al rato le pregunté qué era un sardanápalo –porque a mí me sonaba a insecto de patas largas- me respondió muy ufano que su mamá se lo decía cuando él se portaba muy mal y ella se enojaba, o sea que tampoco sabía qué era un sardanápalo…

Pensé que si su mamá lo decía no podía ser una grosería…

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CHEJOVLos mártires Chejov

PUROCUENTO

Los mártires

      Lisa Kudrinsky, una señora joven y muy cortejada, se ha puesto de pronto tan enferma, que su marido se ha quedado en casa en vez de irse a la oficina, y le ha telegrafiado a su madre.
      He aquí cómo cuenta la señora Lisa la historia de su enfermedad:
 enferma41     Después de pasar una semana en la quinta de mi tía me fui a casa de mi prima Varia. Aunque su marido es un déspota —¡yo le mataría!— hemos pasado unos días deliciosos. La otra noche dimos una función de aficionados, en la que tomé yo parte. Representamos Un escándalo en el gran mundo. Frustalev estuvo muy bien. En un entreacto bebí un poco de limón helado con coñac. Es una mezcla que sabe a champagne. Al parecer no me sentó mal. Al día siguiente

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¿Eres rico?

– ¡POR SI ALGÚN DÍA ME OLVIDO DE LO RICO QUE SOY!

Niños en invierno

Era sábado, serían las dos de la tarde. Hacía mucho frío y estaba lloviznando.  Ya no venía nadie al comercio, por lo que mi esposa y yo decidimos cerrar. Así ella podría terminar el estofado que estaba haciendo. Con eso de tener el almacén abierto en sábado, siempre comemos tarde.

Yo me fui al comedor y me senté al lado del ventanal que llega hasta el suelo. Me puse a sacar cuentas para ver cómo pagábamos la cuenta del banco.
De repente los vi junto al ventanal, dos niños de 7 y 8 años aproximadamente, con ropa gastada y rota.

– Señor, ¿no tiene algunos diarios viejos para vender?

Yo estaba tan ocupado y hacía rato que estaba concentrado con los números que les iba a decir que no, porque además no tenía. Sin embargo, los miré más detenidamente. Calzaban unas sandalias mojadas y con barro. Les dije:

– Pasen, les voy a preparar una taza de chocolate caliente.

No hubo ninguna conversación. Las sandalias mojadas dejaron las marcas en la pequeña alfombra que está a la entrada del ventanal.

Mi esposa y yo les preparamos el chocolate y les pusimos pan dulce. Luego, yo volví al comedor y ella a arreglar las camas.
Pasaron unos veinte minutos. Me llamó la atención el silencio que había en la cocina, por lo que me asomé despacio. La niña tenía la taza vacía en la mano y la estaba observando.

El niño preguntó con voz tímida

– ¿Usted es rico, señor?

– ¿Qué si soy rico? ¡No; por favor! exclamé, mientras echaba un vistazo a la puerta del fondo que le faltan algunos vidrios, a los sillones a los que les falta el tapizado y remiendos, al piso que es de cemento pulido, y recordé que la casa aun estaba sin pintar.

– Pero sus tazas hacen juego con los platillos, dijo el niño.

Su voz sonaba a un hambre que ya no estaba en el estómago. Luego se fueron, apretando unas revistas contra el cuerpo para protegerse del viento. No nos dieron las gracias. No hacía falta, nos habían dado mucho más que eso. El comentario de las sencillas tazas azules, pero con platillos que hacían juego.

Mientras mi esposa fue al comedor, yo probé las patatas y el estofado… Mientras reflexionaba… Estofado con patatas, un techo que me protege, una manta para taparme, un abrigo para cubrirme, un trabajo seguro… Todas esas cosas también hacían juego.

Fui al comedor y cuando mi esposa iba a limpiar la alfombra donde estaban las huellas con barro de esas pequeñas sandalias le dije:

– No; déjala así, no la limpies.
– ¿Por qué? – preguntó.
– Porque quiero verlas.
– ¿Para qué? –
– ¡POR SI ALGÚN DÍA ME OLVIDO DE LO RICO QUE SOY!

Web católico de Javier

Sigues o te regresas Rubén García G.

SENDERO BLOG

Ralentizo mis pasos de gato. A unos suspiros de mi lavas los trastos. Abrazo tu cintura y escarbo delicadamente tu ombligo -permaneces indiferente y sigues en la labor- mis labios caen como hoja de otoño sobre la fertilidad de tu cuello; se deslizan con suave siseo, acercando mi respiración a la caracola de tu oído. Me desespero y muerdo delicadamente tu oreja. Escucho con satisfacción como se escapa espontáneamente un suspiro y luego tu voz nítida que me dice: ¿y… se aguantará?
Resultado de imagen para abrazando por detras a una mujer

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En la remota Amazonía, los diáconos indígenas difunden el evangelio, rezan por el sacerdocio

Diácono, diaconado, diakonía

WIJINT, Perú (Reuters) – Justo antes del amanecer, Shainkiam Yampik golpea un tambor tallado en el tronco de un árbol al comienzo de un servicio de oración católica en Wijint, una aldea de cabañas con techo de paja en el corazón de la Amazonía peruana.

6 Shainkiam Yampik Wananch, un diácono ordenado por la Iglesia Católica, celebra una liturgia con indígenas Achuar en una capilla en Wijint, una aldea en la Amazonía peruana, Perú, 20 de agosto de 2019. REUTERS / Maria Cervantes

Susurrando «Jesusan namanguinde» o «el cuerpo de Cristo» en la lengua de los indígenas Achuar, Yampik da pan de comunión a los aldeanos en una pequeña capilla en medio de un coro ruidoso de pájaros e insectos afuera.

Un anciano tribal con 10 hijos adultos, Yampik, de 48 años, es una figura católica líder en uno de los puestos más remotos de la Iglesia.

Pero debido a que…

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